Bastaba saberte en
casa para creer
que la vida nos
permite adorar
el bien inmaterial
de las cosas.
En la distancia te
imagino aquí
sentado en el sillón
que ocupas
a pesar de tu
partida.
Me bastaba saberte
así
para saber también
que
la vida estaba ahí
esperándonos.
La tierra también
llora
por los pies que jamás
volverán a pisarla.
Tiene ojos
yo se los he visto.
El tiempo ha
arrasado
todo lo que un día
creí seguro.
Se llevó la leve
brisa de la mañana
y la quietud de las
noches.
También el amable devenir de los días.
Devastó campos y
ciudades
pero tu recuerdo
sigue aquí
impasible
a pesar del tiempo y
de la vida.