sábado, 15 de julio de 2017

Donde habite el olvido

Ayer me llegó a Badajoz una edición facsimil del poemario vital de Luis Cernuda, Donde habite el olvido (1933). Esta fue publicada, en enero de 2004, por la Residencia de Estudiantes, en colaboración con el Centro Cultural de la Generación del 27. Jorge no me había avisado de que había llegado el libro y, cuando entré en el piso, vi el paquete encima de la mesa del salón. Feliz. Muy feliz. Como una niña chica el día de reyes, me senté en el suelo y empecé a abrir con minucia esta joya en forma de libro que ahora tenía en mi poder.  Lo abrí, lo ojeé y lo olí, como siempre. Me fijé también- cómo no- en los que son pequeños fallos de impresión, supongo. El ejemplar presenta dos manchitas rosas en la portada y otra en la primera hoja. Después de quejarme unos minutos por esto, continué observando el libro con ojos maravillados, como quien encuentra un tesoro.

Este destaca por el exhaustivo prólogo de Alejandro Millán, por la excelente y cuidada edición y, principalmente, por estar compuesto de manuscritos originales del poeta sevillano- tanto a mano como a máquina-. De este modo, asistimos al proceso de creación de esta obra magna, ya que podemos apreciar los errores de trascripción, las correcciones a mano, las notas en los márgenes de las páginas, etc.

Hoy, cuando me he despertado, he vuelto al libro. He empezado a leer algunos apuntes y composiciones y me he topado, como siempre, con información que desconocía y que me ha permitido estar toda la mañana entretenida con asuntos gustosos. En unas líneas se alude “a la profunda unidad de la obra cernudiana, esa unidad a la que se refería el poeta Francisco Brines en su contribución al homenaje que dedicó a Luis Cernuda la revista valenciana “La Caña Gris” (octubre, 1962). Inmediatamente me he puesto a intentar localizar esta, que se corresponde con los números 6-8. He encontrado algunas ediciones, sobre todo las de Jacobo Muñoz en 2002. He comparado dos de ellas, pero como por internet hay datos que no se especifican correctamente, he escrito a la librería donde se encuentran ambos. He preguntado si, a pesar de que la edición sea distinta, los dos ejemplares de que disponen presentan los mismos textos e información, es decir, el mismo contenido. En función de este compraré una u otra. Pero la cosa no termina aquí, pues cuando termino de enviar el correo se me abre una ventana o página adicional en la que aparece, como por arte de magia, otro libro que se encuentra en la librería. ¿Cuál? Para mi sorpresa, y sin estar absolutamente relacionado con el anterior, “Los extremeños en las Cortes de Cádiz” de Román Gómez Villafranca, obra que intenté localizar, sin éxito, para la realización de mi Trabajo Final de Máster sobre Bartolomé José Gallardo. Una alegría, de verdad. Y una sorpresa. Una sorpresa. 

Donde habite el olvido, sí. 








No hay comentarios:

Publicar un comentario