Fuimos testigos de aquella celebración en el mar inmenso: luces azules,
música para la ocasión, familia, amigos, amor y trajes de gala.
Después, luces naranjas.
Fuimos, también, testigos de aquel instante en el que la noche y el mar se
fundieron con el cielo.
La vida; sonrisas y lágrimas. Unos bailaban y él se iba.
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