Ha estado hoy en la
Biblioteca Central de la Uex.
“Amor de biblioteca”
¿De qué me sirve,
pregunto,
la tinta, el papel y el
verso?
F.G.
Lorca
Tú,
libro
abierto en las manos,
de
pie,
en
el pasillo de la biblioteca,
tan
lejos de relojes y de inviernos,
reinas
en
patrias de papel y tinta negra.
Yo,
a
prudente distancia,
te
persigo.
Voy
cogiendo los libros que tú dejas
y
rastreo tus huellas
por
ciudades perdidas en la faz de los mapas
y
te encuentro
en
medio de contiendas,
con
los vencidos,
entre
los vencedores,
a
campo abierto
y
en torres de marfil
donde
a veces te encierras y devoras
versos
de amor. Amor,
así
pasas las horas
robadas
a mis sueños.
A
veces, frente a ti,
separados
por una estantería,
siento
cómo respiras
y,
a través de volúmenes sombríos,
juego
a rozar tu mano
cuando
busca voraz
entre
todos los libros
el
libro deseado.
Siento
cómo tus dedos
húmedos
de tus labios
desnudan
hoja a hoja
otro
cuerpo que arde entre tus brazos.
Mientras
así te alejas,
yo,
negro
borrón de celos,
verso
de amor tachado,
triste
botín de guerra,
ávida
de tus ojos y tus manos,
en
el silencio de la biblioteca,
te
escribo otro poema.
“Carpe Diem para un amante indeciso”
Tómame
ahora que aún es temprano
Juana de Ibarbourou
No
entiendo tus palabras
ni
los goces que ofreces
siempre
para más tarde,
siempre
un poco más lejos,
como
una cena fría
tras
el castigo impuesto.
Sólo
sé dar razón de aquí,
de
este momento,
de
tus labios frutales
saliendo
del invierno,
de
mis manos hambrientas
rebuscando
en el fuego,
del
sabor de tu espalda
cuando
empieza el deshielo.
Gocemos
todo aquí,
si
puede ser ahora,
lo
presente y concreto,
lo
seguro y lo cierto,
los
placeres del alma
con
el cuerpo.
No
entiendo tu lenguaje
de
promesas al viento.
Sólo
quiero saber:
¿te
quedarás más tiempo?
Dime,
¿te quedarás más tiempo?
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