Hoy,
hace 45 años, nacía el primero de los hijos de José Dordio y María Dolores
Gamero, mi hermano mayor; mi hermanísimo. Ese que hacía brillar mis ojos cuando llegaba
a casa-uniformado con esa chaqueta que luego pasó a papá- después de su jornada
laboral. El que dibuja sonrisas en miles de pacientes desde que trabaja en esa
unidad donde es indispensable el amor, la comprensión y el cariño. Ese con quien desayunaba churros leyendo
comics de Mortadelo y Filemón en el salón de casa. Ese con el que tenía varios
recuerdos convertidos en imágenes que hoy no están gracias a cierta señorita
que creía que la de aquellas fotografías “era ella con su papá”.
Tuve
la suerte de crecer rodeada de seis personas a las que les debo todo lo que soy
hoy; tuve la suerte de tener no uno, sino seis maestros en esta, la escuela más
importante, la escuela de la vida; tuve también la suerte de tenerte como
pequeño cómplice cuando quería salir y mamá no me dejaba porque todavía era muy
pequeña- aún recuerdo una feria de “Los amigos” que era para mí muy importante-;
tuve- y espero seguir teniendo- la suerte de sentirme arropada en los momentos
más difíciles, en aquellos en los que la vida no dejó de lanzarnos piedras;
tuve la suerte, también, de que me acompañases en los momentos más importantes
de mi vida, en aquellos en los que quizás yo no quería estar.
Tengo
la suerte de que sigas estando, de otra manera, pero que sigas estando a pesar
del paso del tiempo, del cambiar de los años y de las circunstancias. Tengo la suerte de que sigas siendo y
existiendo; de que sigas aquí, siendo tú y mi hermano. Tengo la suerte, Chané,
y espero seguir teniéndola todas los años que me queden de vida porque nunca
dejarás de formar de ella y porque quizá no hemos tenido otra suerte pero, para
mí, la mayor de las suertes es teneros siempre a pesar de todo.
Veinte
años no son nada cuando el amor lo es todo. Felicidades y feliz vida siempre, hermanísimo.
Q bonito Maguel, como siempre.
ResponderEliminar;-p
Gracias, amigo.
ResponderEliminarTú siempre ves con buenos ojos lo que escrito.
Te quiero, Jorgito.