Hoy, hace exactamente un mes y dieciocho días, se celebró el Día Internacional de la Mujer, y hoy, un mes y dieciocho días después, nos hacen sentir que no valemos absolutamente nada, que necesitamos de un día visible para hacer valer nuestros derechos, porque fuera del calendario seguimos siendo nadie. Hoy, la justicia española entiende que es abuso y no violación; entiende que es normal y no intimidatorio que cinco hombres nos acorralen en un portal sin salida. Sí, entienden que violentar, reducir y corromper la libertad de la mujer es un delito menor que se suple con nueve (serán tres) años de carcel. Hoy seguimos siendo nada, incluso para todas las mujeres que juzgan a otras por su forma de actuar, por su vida sexual y por su forma de vestir. También para los que piensan que el lugar de la mujer está en su casa, y no en la calle. Seguimos siendo nada, pero luchando siempre por ser todo lo que merecemos ser.
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