Hace
unos meses cerré Facebook y hoy, empujada por la necesidad de recuperar fotos antiguas,
he vuelto a esta red social en la que compartimos nuestra vida con la
pretensión de ser aceptados por el resto. No debo haberlo hecho tan mal cuando, entre las múltiples noticias y fotografías que he podido observar, me
he encontrado con esta:
Eso necesitamos, libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a los bosques más lejanos, lejos de toda presencia humana, como un suicidio.
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