viernes, 10 de febrero de 2017

Ada Salas en la Fundación Helga de Alvear

Esta tarde he tenido el placer de estar en el Centro de Artes Visuales Fundación Helga de Alvear de Cáceres en la presentación de dos libros de Ada Salas: Escribir y borrar, y Diez Mandamientos.  José Luis Rozas y Miguel Ángel Lama han presentado a la autora haciendo un recorrido sublime por su obra y, tras esto, Ada Salas ha cerrado el acto con la lectura de esos diez mandamientos que Miguel Ángel define como “diez propuestas verbalizadas poéticamente en veintidós poemas”.  La lectura de estos estaba, además, acompañada de los dibujos de Jesús Placencia. Precioso.
Como ha dicho José Luis Rozas “a veces yo, que no escribo, me siento escrito por Ada, o siento que ella escribe por mí”.
Esto es lo que me ha pasado a mí cuando ayer me descubrieron uno de sus poemas. Hoy he buscado información sobre ella y su poesía. En este poema que ayer me descubrieron y que la autora publica en 1997, la muerte de su padre se convierte en un referente obligado.

A qué región me llegaré a buscarte
ahora que reposas a mi lado
en forma de deseo
hombre
cuya belleza apenas
conocía. Cada día me ciñe
su cilicio de ausencia.
Me has herido de vida desde toda
tu muerte

y no hay sueño bastante a tu vacío
                                                                       La sed



Ahora recuerdo una conversación que tuve hace poco con un amigo. Me quejaba porque quería leer varias cosas a la vez y no tenía tiempo. Estoy con Rayuela (Julio Cortázar), La vida negociable (Luis Landero), En las cimas de la desesperación (E. Cioran) y poesía (Miguel Hernández, Goytisolo, Lorca, Gil de Biedma…). He pasado por Pléyades al salir del acto y el libro Diez mandamientos estaba agotado. Tendré que esperar hasta la semana que viene para seguir sumando lecturas que nunca podré acabar y coleccionando libros hasta que mi madre decida echarme de casa. 





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