domingo, 19 de febrero de 2017

Del tiempo


“La clave es el tiempo. Se puede conseguir cualquier cosa con tiempo”

No recuerdas la película en la que escuchaste estas palabras hace apenas unos meses pero lo que sí recuerdas es haber tenido la sensación de que todo a tu alrededor se detenía por momentos. El tiempo también.

Recuerdas los días posteriores con una amargura insostenible porque un actor que ni siquiera recuerdas de una película que ahora no logras identificar, consiguió dar respuesta a preguntas que, aunque no planteadas, vivían en ti desde hacía años.

Siempre habías soñado con tener más tiempo. Le pedías tiempo al tiempo y, de manera inconsciente, todo tiempo era para ti insuficiente, escaso.

Aquel lluvioso día de 2012,  que ahora parece tan lejano, terminaste volviendo de madrugada, aunque tenías que regresar por la tarde. Era la una de la madrugada y seguías allí. Retrasaste el tiempo, quisiste perder el autobús para conseguir más tiempo. Era la una de la madrugada…

Era la una de la madrugada y habías conseguido algunas horas más. Y allí estabais tú y él, cogidos de la mano, mientras los demás dormían. Él y tú, en silencio, mientras el tiempo corría, suave y a la vez furioso; mientras el frío quemaba y era su mano la única capaz de calmar el dolor que se había instalado como un altar en lo más profundo de tu corazón.

Siempre habías necesitado y querido tiempo, deseado tiempo. Tiempo para hacer y deshacer, tiempo para crecer, para vivir, pero sobre todo tiempo para creer;  para creer cuando todo estuviese oscuro, como ahora, porque de tu viaje sin retorno, en el tiempo, solo queda vacío. A ese al que te precipitas cuando su ausencia te golpea con fuerza. Porque el hecho de reconocer que se ha ido para siempre, para todo el tiempo, te hace aún más vulnerable, y es por eso por lo que repudias la realidad en la no está y te sumerges en el sueño al que acudes siempre que quieres tenerlo cerca.

Es por eso por lo que eres de letras y no de números, y por lo que te hubiese gustado ser primera y no última. Así hubieses tenido más tiempo y no menos, aunque ahora tuvieses menos y no más, pero siempre menos es más cuando se trata de lo importante. Pero no, ahora tú tienes más pero jamás más de ese tiempo que siempre habías querido, y si al final sigues teniendo más siempre, será siendo siempre igual de doloroso...









Disfrutar

Piensa
-o mejor
no lo pienses-
que esto que
te parece sin brillo
brilla
con el único brillo de este único instante
y que
hay algo en él de suspensión

de tiempo

detenido.
                                          
                                            Diez mandamientos, Ada Salas

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