Llevo
más de una hora, con los cascos puestos, escuchando canciones de Manolo García desde
el portátil y haciendo Playback con
una botella de agua en la mano, mientras
mi compañera de piso, Yoana, ve una serie también desde su ordenador con los
cascos puestos.
He
buscado por internet si viene de gira y, para mi desgracia, no. Estaba
dispuesta a ir a cualquier sitio, sola, con tal de volver a escucharlo en
directo otra vez. Por ahora no habrá una tercera vez. Maldita sea. Seguiré haciendo el tonto desde
una silla pegada a la calefacción o cantando con la música a todo volumen y
aporreando el volante cuando voy en el coche.
Hoy
me quedo con Vendrán días y Lápiz, Tinta. Aunque llevo escuchadas
más de 15 (Con los hombres azules, somos levedad, prefiero el trapecio, para
que no se duerman mis sentidos, una tarde de sol, saldremos a la lluvia, como
un burro amarrado en la puerta del baile…).
[…]
Porque un alma que mora en la sala de los pasos
perdidos
es la furia vencida, cáscara vacía de un dolor
exacto.
Déjame beber de ti en los labios de mujer extraña,
que hoy necesito el calor de unos brazos
que apaguen mi vana esperanza.
Déjame desnudo de recuerdos. No los necesito.
Que hoy necesito buscarte sin miedos, en otros
rostros
buscarte.
Dame un lenguaje sin palabras para abrigarme que
tengo frio.
Dame besos y caricias olorosas y descalzas.
Dame un mundo sin palabras que yo respire porque me
ahogo.
Dame besos y caricias sinceras o mercenarias.
Déjame que escuche esa guitarra que hoy me falta el
aire,
que hoy necesito besar otros labios creyendo que
beso tus
labios.
Déjame perdido en la noche que hoy el dolor duele,
que hoy necesito buscarte sin miedos, en otros
rostros
buscarte.
Déjame que escuche esa guitarra que hoy me falta el
aire.
[…]
Libro, nube, ese es mi descanso.
árbol, fuente, cada vez que despierto.
ser durmiente. en la espuma de un antojo camuflarse.
para completa inocencia,
en las calderas del sueño divagar.
Que los días se van, río son.
ahora quiero sentir, caminar.
ahora quiero pintar, percibir
el color de esa flor que se marchitará.
Pinto, verdes parajes de belleza desolada,
vivo lo efímero y su valor.
bebo, apuro desperdicios de mi vida,
me recojo en la templanza de la tregua que me da
la anestesia del recuerdo.
árbol, fuente, cada vez que despierto.
ser durmiente. en la espuma de un antojo camuflarse.
para completa inocencia,
en las calderas del sueño divagar.
Que los días se van, río son.
ahora quiero sentir, caminar.
ahora quiero pintar, percibir
el color de esa flor que se marchitará.
Pinto, verdes parajes de belleza desolada,
vivo lo efímero y su valor.
bebo, apuro desperdicios de mi vida,
me recojo en la templanza de la tregua que me da
la anestesia del recuerdo.
Cierro la noche escuchando cuatro canciones de Los secretos (Pero a tu lado, ojos de gata, déjame, agárrate fuerte a mí María) con la lluvia de fondo. ¡Qué fácil ser feliz a veces!
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