miércoles, 22 de marzo de 2017

Hoy sigue siendo poesía

 Ayer fue el día mundial de la poesía. 

También el cumpleaños de Carmen, a quien de pequeña apodaron “Mini-Mabel”. La tercera. Catorce añitos ya. Tita por tres; tita de tres. ¡Qué felicidad! Y más felicidad aun cuando empiezan a dibujarse sus rasgos y son similares a los tuyos, cuando descubres que hasta la mancha de nacimiento está ubicada en el mismo lugar de vuestros cuerpos (con la única diferencia del tamaño). Pero ella es siempre una versión mejorada, muy mejorada.

Fue también mi primer día de prácticas como docente en el IES Profesor Hernández Pacheco. Caras nuevas. Tuve la impresión de que les interesaba lo que les estaba contando (¡sabe Dios cuan bien mienten!) y me hicieron sentir tan bien que los nervios tan estúpidos que llevo arrastrando los cuatro años de carrera y dos de máster, desaparecieron por completo. Dos sesiones con jóvenes participativos y lindos; muy lindos. Me hubiese quedado allí contándoles cualquier estupidez aunque no llevase nada más preparado…con ellos, en el día mundial de la poesía. Leyendo algunos versos, seguro.

Ayer fue también el día mundial del Síndrome de Down. Recuerdo las lágrimas de Elena aquel caluroso día de verano. Es un ángel, dije. Lo dije sin conocerlo; conociendo solo a sus padres y sabiendo que no podría haber nacido en una familia mejor. Cuando lo vi supe que lo que había dicho días antes era completamente cierto. Adrián es luz. También conocí unas semanas antes de acabar las clases del MUFPES, en un viaje desde la cruz hasta la facultad,  a un chico con Sindrome de Down que cogió el autobús en múltiples. Se sentó conmigo y puso color a un día que hasta entonces estaba siendo muy gris para mí. Me preguntó qué música estaba escuchando. Me quité los cascos y mantuvimos una conversación muy amable e interesante. Cuando me di cuenta, él tenía que bajarse en su parada y yo me quedaba sola y triste otra vez. Gracias.

Ayer fue el día mundial de la poesía y Sandra y yo fuimos al acto que se celebró en la Biblioteca Pública de Cáceres (Antonio Rodríguez-Moñino y María Brey). Como dijo Eduardo Moga, no hay mayor reivindicación en el día mundial de la poesía que leerla y escucharla. Y a eso fuimos.
Y hoy ya no es el día mundial de la poesía pero la vida sigue siendo poesía. Lo ha sido caminar desde casa hasta la estación de autobuses bajo la atenta mirada de quienes quizá no entendían que, con un paraguas en la mano, prefiriese disfrutar bajo la amable lluvia.  Y es que “tú dices que amas la lluvia, sin embargo usas un paraguas cuando llueve”.

 Hoy sigue siendo poesía. Lo ha sido hacer un viaje de una hora en autobús escribiendo parte de esta entrada y leyendo la antología de poetas de los cincuenta que compré la última vez que estuve en Boxoyo. Pandémica y Celeste (Que sus misterios,/ como dijo el poeta, son del alma,/ pero un cuerpo es el libro en que se leen./) de Gil de Biedma. Sublime.

Hoy sigue siendo poesía. Lo será esta tarde cuando vuelva a una de mis librerías preferidas de Badajoz; esa que quise visitar la semana pasada y estaba cerrada. Entre libros, inteligencia e historias. Perfecto.

Hoy sigue siendo poesía. Lo será cuando vuelva a casa a recoger mis volúmenes de Quevedo y Góngora para explicar la Lírica Barroca la semana que viene a mis alumnos.

Hoy sigue siendo poesía… hoy y siempre, poesía. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario