miércoles, 15 de marzo de 2017

Russell P. Sebold

 Hoy he estado en la facultad. Sabía que no tardaría en volver, aunque no con la misma frecuencia ni pasando las mismas horas allí que antes. He vuelto para solucionar un problema con unos libros y para buscar un par de Ángel González, porque el viernes leeremos su poesía con los alumnos de 4º de ESO.

Para mi sorpresa, cuando he salido de la biblioteca, en el hall de esta, había, otra vez, un montón de libros para que el público se sirviese a gusto. A mi vista Hispanic Review, Sebold homage issue. No hay que decir siquiera dónde está ahora la revista que rinde homenaje a la figura de un personaje de la talla intelectual de “Bud” o Russell P. Sebold, claro; personaje interesado por el mundo y la cultura hispánica desde muy joven.

Como indica Ignacio Javier López al inicio del número (“Noticia del Humanista Ilustrado: Russel P. Sebold”), los estudios que se publican en este están escritos por hispanistas que han       realizado su tesis doctoral con Sebold o que lo han tenido como mentor y guía en la realización de la misma. Completa este homenaje una selección de evocaciones al maestro por estudiantes que han asistido a sus clases a lo largo de los años.

En el siguiente capítulo se muestran, de manera cronológica, la lista de publicaciones del autor (libros publicados, contribuciones a libros, libros en prensa, libros en preparación, artículos publicados, artículos en prensa, artículos en preparación y reseñas publicadas). Una cantidad ingente. Una contribución espléndida a los estudios de los siglos XVIII y XIX.

Reproduzco aquí un testimonio en forma de epístola de una de las alumnas de Russell P. Sebold; uno de los muchos testimonios exquisitos que viene incluido en este libro que he tenido el placer de traerme a casa esta mañana:

                La jubilación de mi maestro Russell P. Sebold me produce cierta nostalgia porque significa el fin de una época para el Departamento de Lenguas Románicas en Penn. Por otro lado, es verdaderamente un momento de júbilo para el hispanismo. ¡Cuánto más aportará este “lletreferit”, el término catalán para definir a un “herido de leras”, en los años venideros!

La primera vez que vi al profesor Sebold, recién llegada a los Estados Unidos procedente de la Universidad Autónoma de Barcelona, me quedé verdaderamente sorprendida. Aquel profesor no tenía nada que ver con lo que había oído de los Estados Unidos. ¡Parecía como si hubiera entrado en un mundo totalmente desconocido para mí! El entusiasmo del profesor Sebold por las letras dieciochescas y románticas españolas me produjo tal impacto que decidí cursas los estudios de doctorado en Penn. Esta decisión realmente cambió el curso de mi vida. Por otro lado, me sirvió de nexo entre el ambiente barcelonés, tan familiar, y el desconocido e impresionante mundo norteamericano.

¡Gracias Bud por compartir tu conocimiento sobre un período literario que raramente aparecía en los libros de texto de bachillerato en la España franquista! Todas tus publicaciones, desde El rapto de la mente, el primer libro tuyo que leí, me abrieron un mundo desconocido a través de tu intuición tan innovadora. Quedaré eternamente agradecida por toda tu ayuda e inspiración. Nunca leeré un texto del mismo modo después de haberte tenido por maestro. Te deseo lo mejor en tu jubilación, no retiro… Mantén tu espíritu joven y nunca pierdas este entusiasmo tan gratificante por las letras españolas.
                                                                                                María Luisa Guardiola
            Swarthmore College

Ahora es cuando me dispongo a utilizar la pluma que Jorge me trajo el lunes a Cáceres como regalo antes de empezar mi periodo de prácticas que, finalmente, no fue el martes. Le dije, entusiasmada, que el primer día que la utilizase sería con motivo de alguna ocasión especial. La vida es ya bastante especial sin necesidad de que nos ocurran grandes cosas, pero a veces no nos damos cuenta.

La ocasión especial, después de que se me haya roto en las manos uno de los cartuchitos de tinta de mi preciosa pluma, ha sido poner mi nombre y la fecha en la que he adquirido la revista en la que se rinde homenaje al hispanista norteamericano Russell P. Sebold. 



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